
A ese sentimiento desconocido cuyo tedio, cuya dulzura me obsesionan, dudo en darle el nombre, el hermoso y grave nombre de tristeza. Es un sentimiento tan total, tan egoísta, que casi me produce vergüenza, cuando la tristeza siempre me ha parecido honrosa. No la conocía, tan sólo el tedio, el pesar, más raramente el remordimiento. Hoy, algo me envuelve como una seda, inquietante y dulce, separándome de los demás.
Con esta frase da inicio Buenos días Tristeza (1954), que nos presenta la historia de Cécile, una adolescente de diecisiete años que relata en primera persona los hechos ocurridos durante la temporada de verano, que pasó en el mediterráneo francés junto a su padre y la novia de turno de este. La placentera vida de la joven y su padre, ajena a las normas y las obligaciones y más relacionada con la trivialidad y la búsqueda del placer y la belleza, se ve amenazada con la presencia de una inesperada visitante que tendrá una gran influencia sobre ellos.
La lectura de esta brevísima novela deja varias sensaciones en el aire, la primera de ellas está relacionada con la forma y lenguaje, cuidado con esmero, pero sin pretensiones enciclopédicas, preciso, pero a la vez delicado, al punto de conferirle al relato una connotación poética. En cuanto a las temáticas abordadas, la obra nos presenta una fotografía de los sectores más favorecidos de la sociedad, que viven en medio del lujo y las comodidades y cuya principal motivación está marcada por la necesidad de escapar del aburrimiento y las convencionalidades, siempre al margen de las dificultades de una época en la que el continente europeo atravesaba el duro trance de la posguerra.
La historia también nos muestra la forma en que la protagonista descubre la pasión y el deseo, que por momentos confundirá con el amor. De igual forma deja en evidencia la presencia de otros sentimientos menos agradables como los celos, la rabia o la envidia, así como los límites a los que podría llegar movida por el miedo de perder su forma de vida, su independencia del mundo que la rodea y en definitiva la exclusividad del amor de su padre.
Sin embargo, la lección más dura para la protagonista es la relacionada con la plena consciencia de las consecuencias de sus actos, e incluso de sus deseos, de lo que empezó como un juego y podría llegar a cambiar para siempre la vida de los que la rodean, la consciencia de su propia crueldad, infantil, casi involuntaria, pero no por eso menos nociva. Llama la atención que esta crueldad se presenta como un rasgo que se deriva de la belleza e incluso podría considerarse exclusivo de una determinada clase social.
Buenos días Tristeza es la primera novela la escritora francesa Françoise Sagan y fue publicada cuando esta tenía apenas diecinueve años, el título parece estar inspirado en la serie de reportajes que realizaba para la revista Elle. Varios de los temas reseñados pueden verse en su obra durante las siguientes décadas, lo que le permitió a la autora establecer su propio estilo, que refleja en buena medida la forma en la que mujeres expuestas a diferentes realidades percibían la vida en la época. La vida de Sagan estuvo siempre vinculada a la polémica y los excesos que la llevaron incluso a ser condenada a prisión en dos ocasiones, aunque en ninguno de los dos casos se hubiera hecho efectiva la reclusión.

Por: Camila Harker
Administradora de Negocios Internacionales de la Universidad del Rosario de Colombia, enfocada en marketing digital. Actualmente se desempeña como administradora de comunidad digital para la empresa peruana Belcorp. Además de su profesión disfruta de leer y descubrir nuevos autores, siendo la novela romántica su género favorito.